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Octava jornada COP25: el inicio de las negociaciones políticas

A cuatro días del final de la COP25 y con numerosas interrogantes sobre los avances de las negociaciones, en la jornada del martes arrancaba el tramo ministerial de la cumbre.

Mientras se celebraban una larga lista de eventos paralelos, en las que se ponía el foco en las políticas de género y equidad frente a la crisis climática, la presidenta de la COP25 Carolina Schmidt, encargaba a ministros de seis países (España, Singapur, Suráfrica, Nueva Zelanda, Noruega y Granada) impulsar la negociación climática y agilizar algunos de los puntos más conflictivos de la conferencia.

En paralelo, Greta Thunberg, participaba en esta jornada en un foro rodeada de científicos de la IPCC y reclamaba que la educación ante la crisis climática no sólo se debe dar en los colegios, sino que hay que educar también a los adultos sobre el clima.

Los gobernantes en el punto de mira ante la crisis climática

Encaminada ya la Cumbre Mundial por el Clima a su punto más álgido, ésta no da señales firmes de acuerdos políticos concluyentes e iniciativas determinantes ante la emergencia climática.

De ahí que la presidenta de la COP25, Carolina Schmidt les recordó a los gobernantes que participan en la cumbre que los ciudadanos del mundo, conscientes de que la crisis climática es una realidad, tienen los ojos puestos en ellos y exigen soluciones concretas. Añadía que el tiempo ya se está agotando y es imprescindible que se tomen medidas concretas con la colaboración de todos los países y a todos los niveles.

Un toque de atención que también ha compartido varios de los países que integran La Alianza por una mayor Ambición Climática. Han hecho un llamamiento para que el resto de países asuman mayores compromisos climáticos para 2020 y alcanzar la neutralidad de carbono en 2050 y responder así a las evidencias científicas.

La Alianza por una mayor Ambición Climática reúne a países, ciudades, estados, regiones o empresas que se comprometen a que sus emisiones netas sean “cero” en el año 2050.

Aunque oficialmente de la cumbre no tiene que salir ningún acuerdo que comprometa a los países a asumir una mayor ambición, la Presidencia chilena de la COP ha trabajado durante los últimos meses para reforzar esta Alianza. Y con este propósito, ha encargado a ministros de seis países, los “facilitadores” (España, Singapur, Suráfrica, Nueva Zelanda, Noruega y Granada) que impulsen la negociación climática y agilicen algunos de los asuntos más complicados de la conferencia. Asuntos como una mayor movilización y visibilidad de la ambición y de la acción, tal y como refleja el Acuerdo de París o avanzar en las negociaciones sobre el polémico artículo 6 que regula los mercados de carbono.

Con todo, parece que el debate sobre los mercados de carbono ha comenzado a tomar algo de forma, aunque aún insuficiente, en este día con 6 cuestiones ineludibles sobre la mesa de negociación: la transición hacia un nuevo marco regulatorio de los mercados de carbono, la doble contabilidad, el potencial de mitigación general, la contabilidad y la gobernanza y, por supuesto, las implicaciones financieras.

Estados Unidos muestra su inquietud por el impuesto al carbono

Estados Unidos manifestó este martes su inquietud por un posible impuesto al carbono que la Unión Europea estudia aplicar a los productos de terceros países que no cumplan las mismas normas ambientales que los de la UE. Un anuncio que ha realizado el vicepresidente de la Comisión Europea (CE) para el Pacto Verde Europeo, Frans Timmermans, e indicaba que Bruselas mantiene la posibilidad de poner en marcha una tasa de ese tipo con el objetivo de que evitar la competencia desleal de productos de países con menores exigencias medioambientales. Añadía que, aunque por ahora es una idea y no se ha plasmado aún en una propuesta, “la huella de carbono debe reflejarse en los precios” de los productos “.

Es precisamente en la definición del artículo 6 del Acuerdo de París donde está la calve y en cuya negociación y plasmación Estados quiere influir hasta que siga formando parte del Acuerdo de París (recordemos que ya ha iniciado el proceso de retirada pero que no concluirá en principios hasta noviembre del próximo año).

De forma paralela, figuras estadounidenses más comprometidas con la lucha contra el cambio climático, como el ex vicepresidente y Premio Nobel de la Paz, Al Gore, han llegado también a Madrid para participar en esta fase de la cumbre. Al Gore, que pocos creían hace años cuando alertaba ya de las consecuencias de la crisis climática, recalcaba en la necesidad de reducir las emisiones de gases invernadero y animaba a combatir juntos al calentamiento global que calificó como el “mayor reto de la humanidad”.

Migración y cambio climático

Según un reciente informe difundido con motivo de la COP25, UNICEF asegura que aproximadamente 761.ooo niños fueron desplazados internamente por tormentas en el Caribe entre 2014 y 2018. Recordemos que se trata del lustro más caliente del que se tiene registro, una cifra que supone un incremento de casi 600.000, en comparación con los 175.000 niños desplazados entre 2009 y 2013. El Banco Mundial publicó en 2018 un estudio en el que revelaba que si no se toman medidas urgentes contra el cambio climático en los próximos 30 años más de 140 millones de personas emigrarán dentro y fuera de sus países principalmente en África, Asia y América Latina.

En el evento “Migraciones, desplazamientos y cambio climático”, los participantes resaltaron la urgencia de abordar las migraciones y los desplazamientos provocados por el cambio climático. Hecho apoyado por varios informes científicos que advierten de ese aumento de las migraciones y desplazamientos debido al impacto del cambio climático en ecosistemas y poblaciones, de ahí que deba incluirse esa problemática en la agenda global climática desde todos sus aspectos: jurídico, político, sociales y humanitario.

La alianza con la ciencia de Greta Thunberg

Segundo día consecutivo en el que la joven activista participa en la Cumbre Mundial por el Clima. Esta vez, lo hizo rodeada de varios científicos del IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) durante la sesión “Unidos tras la ciencia”.

Siguiendo su línea, Thunberg, destacaba la necesidad de escuchar a los expertos, sobre todo por parte de los gobiernos, y en la importancia de fijar una subida máxima de 1,5 grados la temperatura y de su deber de actuar en consecuencia.

La activista, llamaba además en que “no sólo hay que educar en las escuelas, hay que educar sobre el clima a los adultos” y añadía que para que la gente entendiese la urgencia de la crisis climática, “hay que traducir los número de la ciencia”. Hacer la ciencia más accesible contribuyendo así a concienciar a la sociedad de la realidad. Admitía en este sentido Sivan Kartha, del Instituto Medioambiental de Estocolmo la complejidad de explicar a la gente el impacto del aumento global de las temperaturas: «Si no hacemos nada, las temperaturas pueden subir cinco grados. La última vez que sucedió fue al término de la última Edad de Hielo que permitió la vida tal y como la conocemos hoy. Otro aumento similar de las temperaturas puede desencadenar fuerzas que pongan en riesgo nuestra propia existencia», advertía.

Científicos y expertos que participaron en esta sesión advertían que la mano del ser humano no sólo está cambiando el clima, sino que además estamos destruyendo la biodiversidad y los sistemas que al fin y al cabo son el soporte de la vida en el planeta. Rebatían además el mito de la “neutralidad de carbono” en el 2050 pues “no podemos seguir emitiendo y compensando; hay que dejar de emitir” destacaba William Moomaw de la Universidad de Tufts y uno de los impulsores de la carta firmada por 11.00 científicos de 173 países en la que alertan sobre la situación de “emergencia climática”.

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