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LOS 6 FACTORES QUE EXPLICAN LA CATÁSTROFE (y deben servir para evitar otras similares)

Ayer martes se cumplió una semana desde que la Gota Fría del Mediterráneo arrasó con numerosos municipios, dejando por el momento 218 fallecidos en toda España, la mayoría en Valencia. El mismo día se contabilizaban 88 casos de desaparecidos activos. 4000 edificios se han visto afectados en la “Huerta Sur” y otras tantas hectáreas son las directamente afectadas.

Pero, ¿cuáles son los factores que se combinaron para que esta “tormenta perfecta” fuese tan trágica?

1. El impacto (relativo) del cambio climático

Las gotas frías, las depresiones aisladas en niveles altos, las DANA… y las fuertes lluvias asociadas en corto espacio de tiempo, son un fenómeno habitual en el final del verano en el Levante y sureste español.

Un fenómeno, el de la DANA, que se produce cuando una masa de aire polar aislada empieza a circular a altitudes muy elevadas y choca con el aire más cálido y húmedo típico del Mediterráneo al final del verano. Este “encontronazo” desencadena tormentas que descargan habitualmente gran cantidad de agua en poco tiempo.

2. Precipitaciones excepcionales…

En la provincia de Valencia cayeron 500 litros de agua por metro cuadrado; en alguna de sus poblaciones llovió más en media jornada de lo que suele hacerlo en todo el año. El cambio climático ha extremado las consecuencias, pero ni mucho menos es el responsable único, ni siquiera el principal de la catástrofe. Los eventos se hacen más extremos, pero no son nuevos ni la causa principal del gravísimo resultado final de este episodio.

3. Falta de previsión

La Agencia Estatal de Meteorología elevó al máximo su nivel de alerta el martes 29, advirtiendo de la severidad de la Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA), apuntando específicamente de "un nivel de riesgo para la población muy alto". No se adoptaron medidas excepcionales inmediatas. Por el contrario, Carlos Mazón, presidente del gobierno de la Comunitat declaraba a las 13:00 horas: "el temporal se desplaza hacia la Serranía de Cuenca en estos momentos, por lo que se espera que hacia las 18:00 disminuya su intensidad" en la Comunitat Valenciana.

Quienes tenían pensado coger el coche para desplazarse, lo cogieron… quienes se preocupaban porque pudieran inundarse sus garajes (como muchas veces ocurrió) bajaron a ellos a retirarlos y dejarlos en la calle (los que llegaron a tiempo).

4. Urbanismo sin planificación

En la Comunitat Valenciana abundan los cursos de agua estacionales, rieras, ramblas, torrenteras… habitualmente secos. Con el paso de los años se han ido estrechando para construir barrios en los que viven miles de personas. Además de su estrechamiento y ocupación de cauce, muchos fueron canalizados convirtiéndolos en auténticos toboganes de agua. Es el caso de la rambla del Poyo, en la localidad de Chiva.

Con la ocupación de parte de estas zonas de inundación y desagüe vino también la construcción de puentes con escaso vano… alguno de los cuales colapsó al verse taponado por toneladas de caña y otros residuos vegetales, y otros se acabaron convirtiendo, empresas que desviaban el agua por sus laterales.

En los desbordamientos del Júcar de 1957 y de Alicante de 1982 no se extrajo lección ni aprendizaje.

No hay que reconstruir todo lo destruido, sólo aquello que no se encuentre en los lugares de riesgo cierto de inundación.

5. Especies invasoras y falta de limpieza

Cambio climático, ocupación de cauces naturales, canalizaciones e incremento espectacular de los elementos susceptibles de ocupar, hasta colapsar, la evacuación de agua. Cauces, torrenteras y ramblas ocupadas, además por casetas de aperos e incluso plantaciones de huerta y, lo peor de todo: decenas de miles de plantas de caña. Esta especie invasora, plantada hace años para los cultivos agrarios y luego abandonando su uso, crece libre y sin control, sin que nadie contribuya a su extracción (crecimiento que, al menos entonces, era retenida por los mismos agricultores que la introdujeron). Estas cañas junto a las riberas de los ríos y en la ligera capa de tierra de los cauces secos de tormentas y ramblas fueron fácilmente arrancadas en un primer momento de la avenida, arrastradas hasta provocar grandes atascos, bloqueando muchos puentes y otras infraestructuras en su camino hacia el mar… Cañas y troncos flotantes (demasiados coches, muchos aparcados también en las ramblas y áreas de inundación “natural”), contribuyeron a taponar numerosos huecos de puentes y alterando "riberas", contribuyendo a la catástrofe en 1957 y multiplicando todavía más su participación esta vez, en 2024.

6. Malas prácticas ciudadanas como consecuencia de una administración que hace dejación de funciones

Tres cuartas partes de los fallecidos tienen que ver con sus vehículos… en carretera o intentando rescatar sus coches de garajes… o en la calle tras conseguirlo. Se estima que más de 100.000 vehículos valencianos han sufrido algún tipo de daño durante esta DANA.

Una construcción acelerada al sur de la ciudad llevó aparejada la construcción de aparcamientos por debajo del nivel de las ramblas (temporalmente secas). El problema en algunas viviendas de esta zona es que, si llueve un poco, los garajes se inundan con mucha facilidad. Estos no evacúan el agua de los sótanos como las viviendas más modernas al carecer de sistemas de drenaje natural o forzado, sacarlos puede ayudar con precipitaciones altas, pero no con gotas frías y episodios análogos.

Los aparcamientos en altura son aún poco frecuentes en España. Tienen más capacidad, al poder elevar el aparcamiento en varias alturas, la construcción es un 50% más económica, no se necesita excavar ni llevar a cabo medidas de protección de los edificios colindantes, y el gasto en instalaciones y mantenimiento se reduce a la mitad, ya que necesitan menos ventilación e iluminación. Su conexión a líneas de bus y metro los convierte en herramientas de movilidad. Por el contrario su construcción subterránea contribuye a riesgos de inundación e incrementar tráfico en zonas de alta densidad poblacional.

*Centenares de aparcamientos de España se encuentran por debajo del nivel del agua (de ríos o mar) algo muy evidente en localidades costeras, como A Coruña, donde un enorme aparcamiento recorre toda la playa de Riazor, con una parte de él por debajo del nivel de marea.

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