El último informe del ICES propone el cierre de un nuevo escenario, siendo cinco en total los afectados en las costas españolas
El pasado martes 18 de abril, finalmente, tras una larga espera, el Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES) publica un informe con la revisión hecha por unos científicos sobre los ecosistemas marinos vulnerables (VME) que se encuentran en aguas de la Unión Europea y cómo estas se ven afectadas por las prácticas de pesca realizadas en los caladeros. Una vez revisado este documento, la Comisión Europea decidirá que va a pasar con los 87 caladeros vetados a la flota de fondo desde el pasado mes de octubre. Al igual que ocurrió con el anterior informe, se proponen varios escenarios y es la Comisión Europea la que tiene la última palabra en este asunto.
Con estos mimbres, los cinco escenarios propuestos por el ICES (cuatro revisados del dictamen anterior y uno nuevo) señalan un número total de los polígonos de protección de VME que oscilan entre 102 y 115, lo que supone un área que va desde los 9.752 a los 14.885 kilómetros cuadrados. En relación con los polémicos cierres decretados el pasado 9 de octubre por la Comisión, los escenarios propuestos ahora "dan lugar a un aumento del 15-17%" en la superficie total identificada como polígono de protección para aguas de Gran Sol y a "un aumento del 49-62% en la ecorregión del Golfo de Vizcaya y la costa ibérica".
Para la realización del informe, los científicos se basaron en datos que ya había sobre la flora arrastrera y en datos sobre los fondos marinos creados por los países de la comunidad en base a sus investigaciones. Supuestamente, este nuevo informe se iba a realizar con información actualizada sobre los fondos marinos, cómo les afecta la actividad pesquera y sobre las zonas en las que hay VME o que es posible que existan. En el informe, el ICES reconoce que la pesca de fondo estática cómo es el palangre "tiene un impacto menor" en el fondo marino, por lo cual no tiene sentido vetar prácticas de este tipo de pesca al no ser completamente perjudicial para los VME.
Hay que destacar además que en estos informes solo se han tenido en cuenta la protección de los VME y no la forma en la que estos cierres van a afectar a nivel socioeconómico a los barcos pesqueros y a los países de la Unión Europea. Por lo que es la propia Comisión Europea la que se tiene que encargar de revisar ambas cosas y buscar la solución que afecte lo menos posible a la sociedad, al comercio y a la preservación de los fondos marinos.