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El saqueo de las aguas africanas: revelaciones inéditas sobre los lobbies atuneros

2.° componente de la encuesta «TunaGate»

París, 13 de enero de 2023

BLOOM continúa con su investigación en el opaco mundo de la pesca del atún y revela hoy los resultados chocantes de un estudio sobre los cabilderos en el seno de las delegaciones oficiales durante veinte años de negociaciones sobre el atún tropical, entre 2002 y 2022. BLOOM ha llevado un análisis exhaustivo de todas las delegaciones de negociación formadas por la Unión Europea mientras que esta, en nombre de 447 millones de ciudadanos, negocia los derechos y condiciones de pesca de flotas europeas con los países de África y del océano Índico. Hoy, por primera vez y mediante cifras, arrojamos luz sobre la dominación aplastante de los lobbies industriales en el seno de la representación pública.

El aplastamiento de los países del Sur por la unión europea

Hoy, en vísperas de dos reuniones sobre el futuro de la pesca atunera al fin de enero [1], ponemos de manifiesto que, lejos de respectar los objetivos de cooperación y durabilidad de la CAOI, la Unión Europea, mediante una flagrante connivencia generalizada con sus flotas de pesca industriales francesas y españolas, contribuye a aumentar la sobreexplotación de poblaciones de peces, la degradación del clima y de la salud del océano Índico, además de mantener la precariedad en los países del Sur.

Para mayor gravedad, nuestro análisis de 2778 negociadores de las delegaciones de 30 países en las negociaciones anuales desde 2002 demuestra que desde que en 2015 los países vecinos exigieron un reparto más equitativo de recursos y la implementación de medidas de protección medioambiental, la Unión Europea duplicó repentinamente el tamaño de sus delegaciones de 22 personas antes de 2015 a una media de 40 personas después de 2015 con el fin de obstruir toda forma de progreso ecológico y emancipación económica de los países del Sur.

Una duplicación de los lobbies en las delegaciones oficiales

Este aumento de tamaño medio de la delegación europea va acompañado de una explosión en el número anual de cabilderos en su seno, puesto que los defensores de intereses industriales han pasado de una media de 8 lobistas hasta 2015 a 18 desde entonces. Estas cifras ponen de manifiesto el tamaño desproporcionado de las delegaciones europeas y el peso de sus industriales, ya que la Unión Europea sólo tiene 109 buques registrados en el océano Índico, entre ellos 28 atuneros cerqueros muy grandes (eslora media: 89,2 m) [2] ¡La Unión Europea envía ahora un delegado a las reuniones de la CAOI por cada dos buques pesqueros europeos! Esta cifra es diez veces superior a la de Indonesia, la segunda mayor delegación.

El lobista más conocido se vuelve "sustituto" oficial de Francia

En un clímax de confusión entre interés general y intereses sectoriales, descubrimos incluso que en 2019 el representante de los mayores navíos industriales franceses era oficialmente el «sustituto» de las autoridades públicas. Marc Ghiglia, delegado general del poderoso y omnipresente lobby industrial UAPF (‘l'Union des armateurs à la pêche de France’, o «Unión de Armadores Pesqueros de Francia») aparece como «sustituto» del jefe de la delegación francesa ante la CAOI, D.ª Anne-France Mattlet, es decir, la persona cuyo conflicto de intereses denunciamos ante la Fiscalía con la asociación Anticor el 14 de noviembre de 2022.

La Fiscalía Nacional Financiera anunció a principios de diciembre que abría una investigación preliminar por apropiación indebida de intereses [3] en relación con esta administradora de asuntos marítimos que fue destinada por Francia al lobby Europêche por un periodo de un año con el fin de destruir la norma medioambiental europea. Nos referimos a Europêche, cuyo vicepresidente no es otro que el Sr. Ghiglia y está dirigido por el lobista español Javier Garat, accionista y miembro del consejo de administración de una de las flotas atuneras más grandes de Europa, Albacora, poseedor de los cuatro atuneros más grandes del mundo, entre otros. [4]
El chantaje antiecológico de la UE en África

Al mismo tiempo, la Unión Europea bloquea las propuestas de países africanos para luchar contra la proliferación de «dispositivos de concentración de peces» (DCP), cuyo uso por los pescadores franceses y españoles se ha disparado con fuerza en los últimos años, a pesar de que estas balsas artificiales desplegadas a gran escala pero en total opacidad contribuyen no solo al colapso de poblaciones de atún, sino también al de todas las especies marinas. Como era de esperar, la Unión Europea, monopolizada por los lobbies industriales, también se opone a la transparencia de datos relativos a los DCP, independientemente de que versen sobre su cantidad, su geolocalización o sus dueños.

Además, y lo que es más importante aún, la Unión Europea se niega a aceptar las prohibiciones (temporales o espaciales) de los DCP en el océano Índico,donde las poblaciones de atún están en peor estado, aunque tales vedas existen —en aras de conservación— en todas las demás organizaciones de gestión de atún en las que opera la UE.

Las cerqueros atuneros franceses y españoles capturan ya más de 90 % de sus volúmenes gracias a los DCP. [5] El 97 % de las albacoras —una especie considerada sobreexplotada desde 2015— capturadas en el entorno de los DCP son alevines y, por lo tanto, nunca se han reproducido. [6]

La postura de la UE que destacamos en este informe va más allá de las «incoherencias» tradicionales que caracterizan los objetivos contrapuestos de ayuda al desarrollo frente a la maximización de beneficios comerciales. A través de este documento, denunciamos una estrategia bien planificada por la UE y sus grupos de presión industriales para condenar a las naciones de África y del océano Índico a seguir siendo economías de subsistencia.

Peor aún, denunciamos la posición inaceptable de la UE al utilizar la suspensión de fondos de ayuda al desarrollo como una amenaza para impedir el progreso medioambiental.

La UE en contradicción con sus objetivos de ayuda al desarrollo

BLOOM se opone frontalmente a la malsana connivencia que existe entre autoridades públicas y lobbies privados, sin duda una de las causas principales —si no la principal— de la destrucción del medioambiente, del equilibrio económico entre naciones y de la confianza en la democracia.

Superar la corrupción moral e institucional es posible. Las delegaciones atuneras no están restringidas por las reglas de la CAOI o de la UE, puesto que los Estados miembros cuentan con la facultad de determinar su composición. [7] No obstante, nuestro estudio y el QatarGate, que sacudió el Parlamento Europeo y que la policía federal belga reveló a partir de una investigación sobre la corrupción en el sector de la pesca (estaban siguiendo el dinero de un acuerdo de pesca entre Marruecos y la UE), demuestran la urgente necesidad de adoptar normas éticas para poner fin al profundo daño que están ocasionando los intereses industriales a la democracia.

Los grupos de presión no son ineludibles

Nuestra segunda parte de la serie "TunaGate" plantea la cuestión de hacia qué modelo queremos avanzar. Para empezar, las autoridades públicas que representan al medioambiente deberían dirigir todas las negociaciones y todos los procesos reglamentarios que impliquen a los recursos naturales, con total transparencia y rendición de cuentas. Todo plan de explotación debería sopesar los beneficios sociales sin dejar de minimizar su impacto medioambiental. Los países africanos deben aprovechar la oportunidad de remodelar el acceso a sus propios recursos, que hasta ahora solo ha beneficiado a minoristas y conglomerados industriales de Europa y otros países desarrollados. Dirigimos hoy a la Comisión atunera del océano Índico un correo para pedirle que adopte normas éticas que prohíban a los industriales formar parte de las delegaciones oficiales de los países negociadores, que limiten su acceso a las negociaciones, que garanticen una mejor representación del interés general durante ellas y que aseguren un equilibrio en el tamaño de las delegaciones. Además, pedimos a la Comisión Europea, a Francia y a España que adopten normas estrictas que permitan poner fin a la mezcla de géneros que conduce a la destrucción de la naturaleza, del clima y de las economías del Sur.

Por último, BLOOM también solicita a la Comisión Europea, en virtud del derecho de acceso a los datos públicos con total transparencia, la identidad de todos los miembros que participaron en las delegaciones negociadoras de acuerdos de pesca para todos los países de África y del océano Índico. Asimismo, también le solicitamos a Francia una lista exhaustiva de los miembros del grupo de presión más opaco de todos: la UAPF, l'Union des armateurs à la pêche de France («Unión de Armadores Pesqueros de Francia»), así como una lista exhaustiva de su participación en cualquier organismo o reunión oficial.

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