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El abandono del rural incrementa el riesgo de grandes incendios forestales

El abandono del rural en España está incrementando el riesgo de propagación de grandes incendios forestales. Esta es una de las conclusiones del reciente informe de Greenpeace: “Proteger el medio rural es protegernos del fuego. Hacia paisajes y población resilientes frente a la crisis climática”, en el que analizan las consecuencias que el deterioro rural tiene sobre las superficie forestales. Este informe da comienzo así a una línea de trabajo de Greenpeace para demandar “el fortalecimiento del medio rural como vía para enfrentar los impactos de la crisis climática”, tanto los ya presenten en la actualidad como los futuros impactos derivados del cambio climático.

Abandono de tierras de cultivo y falta de gestión de las masas forestales

De 1962 a 2019 se han abandonado en España casi 4 millones de hectáreas de tierras de cultivo mientras que la superficie forestal ha aumentado, es más, nuestro país es tras Suecia el segundo país con más superficie forestal de la Unión Europea. Sin embargo se trata de una masa forestal abandonada puesto que más del 81 % no tienen un instrumento de ordenación forestal, lo que conlleva a convertirse en “un paisaje altamente inflamable”. Esto es, si no se gestiona adecuadamente esa masa forestal que ha sustituido a los cultivos abandonados, el fuego (avivado por el aumento de las olas de calor y los periodos de sequía), se encargará de hacerlo por nosotros y lo hará “de manera devastadora”.

Mantener el medio rural para reducir el riesgo de incendios

Ocho millones de hectáreas afectadas en 628.000 incendios en 48 años (1970 – 20189. Estas son las cifras Greenpeace destaca para darnos cuenta que los incendios forestales ya no sólo son un problema social, sino de seguridad nacional, y más aun viendo como en los últimos años estos incendios son cada vez más devastadores y agresivos. Por ello es necesario reducir los factores de riesgo, diferenciando entre las causas de ignición (origen de los incendios) y las causas de propagación:

Reducción en el riesgo de ignición. En España, el 95,08 % de los incendios forestales son provocados por el ser humano. De los cuales el 52,70 % tuvieron carácter intencionado y un 28,07% se produjeron por accidentes o negligencias. Hay que tener en cuenta que en las estadísticas las quemas agrícolas y de regeneración de pastos son considerados “incendios intencionados” y representan casi el 68 %. Desde Greenpeace hacen hincapié en la inmediata necesidad de “buscar alternativas al uso del fuego como herramienta de gestión de los ecosistemas”. Añaden que para “reducir negligencias, se requieren actuaciones de educación, planteamientos urbanísticos, etc..”.

Reducción en el riesgo de propagación. Es fundamental la adecuada gestión de la superficie forestal. Al no haber discontinuidad en las áreas forestales, un simple rayo, la caída de una línea eléctrica, o la chispa producida por una radial pueden generar incendios rápidos y agresivos de difícil control. “No se pueden modificar otros factores que explican el comportamiento del fuego como son la meteorología o la topografía, pero sí se puede y se debe gestionar el territorio” para prevenir grandes incendios catastróficos.

El papel fundamental del medio rural

Es necesario fijar a la población en el rural y dinamizar el medio rural para conseguir paisajes resilientes ante los grandes incendios forestales. Un paisaje rural vivo “es un paisaje más resiliente a los grandes incendios forestales, al cambio climático y también a la pérdida de biodiversidad”, explican desde Greenpeace.

La población ocupada en el sector primario se ha reducido un 82 %, pasando del 36,3 % en 1964 al 3,98 % en 2019. Aunque las unidades de ganado en la ganadería industrial casi se han triplicado, las explotaciones son hoy menos del 10 % de lo que eran en los años 60.

La responsable de la campaña de incendios de Greenpeace, Mónica Parrilla, explica que “cuidar los pueblos es cuidar nuestros montes y cuidar de las ciudades. El medio rural necesita y puede ofrecer soluciones ambiental, social y económicamente sostenibles que necesitamos. Representa una oportunidad ante la emergencia climática y debemos alejarnos de la visión urbano-céntrica que entiende lo rural como algo ajeno y lejano”. Consumir productos sostenibles implica asegurar la gestión de nuestros bosques y reducir la vulnerabilidad ante los incendios forestales.

(Autor fotografía: Contando Estrelas https://flickr.com/photos/9693...)

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