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PESCA TRADICIONAL Y CONSERVACIÓN

Seguimos sin salir de nuestro asombro tras la lectura de la nota informativa publicada en algunos medios y soportes digitales, bajo el titular “Los pescadores tradicionales de Ourense y Lugo levantan la voz”.

En ella se comunicaba que los pescadores que se reclaman como partidarios de la pesca “tradicional” alzaban su voz en defensa de la pesca con muerte, que es lo que para ellos define a la pesca “tradicional”, sin duda utilizando un eufemismo que evita mencionar a la muerte de las capturas durante el ejercicio de la pesca deportiva. Estamos de acuerdo en que eso suena bastante feo, sí.

Para reforzar su reivindicación, apoyada por “tiendas de ropa deportiva” (sic), han decidido crear una “federación de pesca tradicional” que considera a la pesca sin muerte como “…contrario a norma y como una arbitrariedad ya no el aumento, sino la creación de esos tramos libres sin muerte, mayormente cuando ni tan siquiera se contempla dicho término ni en el Decreto ni la Ley que regulan la pesca continental en Galicia”.

Mucho nos tememos que nuestros queridos cofrades no se han leído la vigente Ley de Pesca de Galicia, donde los conceptos de “conservación” y “pesca sin muerte” se repiten una y otra vez, y en la misma ley se destaca un notable espíritu conservacionista, porque en los tiempos que corren o conservamos lo poco que nos queda o se va todo al carajo.

La “pesca tradicional” no consiste en pescar matando los peces; es otra cosa. La pesca con caña tiene una tradición de siglos, quizá de milenios, y algunas de sus artes sin duda son muy tradicionales en nuestra tierra. Sólo ha cambiado la tecnología, y entre las líneas hechas con crin de caballo trenzadas en grosor y número de hebras decreciente y las modernas líneas en “cola de rata” de materiales sintéticos no hay tanta diferencia: todo es “pesca tradicional”. Como lo es el uso de cebos artificiales que imitan pasmosamente a los insectos naturales con los que se pescaba hace solo unos pocos años.

Lo que ha cambiado de verdad es el “espíritu” de la pesca con caña en lo tocante a la conservación del medio fluvial y de las especies piscícolas. Cualquier pescador que tenga ojos en la cara, que cargue a cuestas con unos cuantos años de ejercicio de la pesca en el río y que sea honesto –sobre todo esto último-, reconocerá que los ríos de hoy ya no son lo que eran, y los peces que los habitan no son tan abundantes como lo fueron hace solo cincuenta años… por poner una cifra. Múltiples causas han contribuido a su declive, y la pesca con caña sin medida ni clemencia ha sido una más, aunque posiblemente no haya sido la más grave.

Dicen los partidarios de la pesca con muerte –dejémonos de eufemismos- que implantar la pesca sin muerte implica echar a “nuestrosmayores” del río. Como argumento emocional eso suena muy bien y “vende” mucho, pero… ¿es real?

Creemos que, sencillamente, se trata de evolucionar o no; de conservar o no. Hay pescadores de una edad avanzada que hace muchos años que se dieron cuenta de que la situación ha cambiado, de que pueden seguir pescando -¿quién se lo impide?-, pero no deben hacerlo como lo hacían antes porque les interesa más conservar lo que queda que ser un factor más en el declive, por la simple razón de que las truchas no frezan en la sartén y que los salmones atlánticos se están extinguiendo.

Los gestores de la pesca fluvial en Galicia, que en nuestro caso es la Administración, también se dieron cuenta de esto y han elaborado una ley de pesca de marcado carácter conservacionista.

Si todos –pescadores y gestores- nos adaptamos a la actual situación, en la que urge tomar medidas de conservación –y no solo renunciando a matar los peces-, todos saldremos ganando y nadie “perderá”.

Está bien alzar la voz reivindicando el derecho a matar peces, pero creemos que está mucho mejor alzar la voz en defensa de nuestros ríos y de sus poblaciones piscícolas, y afirmamos que la satisfacción de devolver una trucha o un salmón vivos al agua es muy superior a la de saborearlos en el plato porque sabemos que ese pez volverá a frezar y sus poblaciones se mantendrán… o al menos no disminuirán por nuestra causa.

Se puede pescar sin muerte con cualquier arte de pesca; basta con la voluntad de que el pez que la ha proporcionado tan buenos momentos al pescador, siga viviendo. Esto es la conservación en la parte que le toca al pescador. Pensemos en las generaciones futuras más que en nosotros mismos…


Fecha de publicación: 01/02/2023 - Nombre del autor: Asociación AEMS – Ríos con Vida / Galicia / https://riosconvida.es

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