Un manifiesto conjunto reclama la gestión eficiente de los residuos, especialmente para los envases
La próxima aprobación de la nueva Ley de Residuos y Suelos Contaminados y del Real Decreto de Envases y Residuos de Envases pretende sentar las bases definitivas de la economía circular. Según el manifiesto conjunto de las entidades municipales con modelos alternativos a la recogida selectiva de residuos de envases ligeros (presentado este 17 de diciembre), esto será a través de la legislación básica en materia de residuos y la contribución a la lucha contra el cambio climático. Bajo este marco, se reclama una gestión eficiente de los residuos: se atenderá a su prevención y se procurará la simplificación de procedimientos hacia una menor dependencia de recursos y un menor impacto en el medio. Esta cuestión es especialmente importante para los residuos de envases, cuya prioridad debe ser la prevención y reutilización.
Teniendo en cuenta las bajas cifras de recuperación y reciclaje actuales, es importante fortalecer las medidas que ayuden a alcanzar los objetivos propuestos a nivel comunitario. El manifiesto indica que “no sólo atendiendo a una recogida separada de materiales, sino posibilitando la contribución de otras alternativas que han demostrado su eficiencia desde hace años”. Según datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), se estarían recuperando en planta 38 kilos por habitante y año de envases en los sistemas integrados en el documento, frente a los 9 kilos en el modelo convencional de recogida en contenedor amarillo.
El manifiesto refleja que el Proyecto de Ley “no determina una única modalidad para llevar a cabo la recogida separada de las distintas fracciones de los residuos, indicándose que deberían adaptarse a las circunstancias de cada entidad local, teniendo en cuenta los modelos de éxito comprobado”. Aun así, se restringe esa posibilidad, derivándose al cumplimiento de preceptos relacionados con su viabilidad. “De esta manera, se estaría limitando la potencial captura de los residuos de envases a un sistema único de recogida”. Se considera que este planteamiento coarta las posibilidades de distintos sistemas de gestión que actualmente operan en el territorio nacional, como son los focalizados en la segregación orgánico-resto, denominados “húmedo-seco” y “residuo mínimo”.
El conjunto de todos estos sistemas se encuentra implantado en territorios de Galicia, Navarra, Cataluña y Andalucía, integrado a un total de un millón de habitantes. En detalle, los integrantes son los ayuntamientos A Coruña (Galicia), Córdoba (Andalucía), Torrelles de Llobregat (Cataluña), Molins de Rei (Cataluña), Corbera de Llobregat (Cataluña) y Castellbisbal (Cataluña); las mancomunidades Serra do Barbanza (Galicia) y Montejurra (Navarra); y el consorcio de As Mariñas (Galicia). Desde hace años gestionan sus residuos municipales bajo esta concepción, obteniendo resultados muy satisfactorios con un reducido impacto ambiental y unos costes contenidos. Si bien en algunos casos puntuales este esquema presenta ligeras variaciones, se comparte una meta común: la recuperación de biorresiduos de una calidad óptima.
Además, el manifiesto indica que se están recuperando envases en un contenedor “que, sin ser exclusivo, es capaz de captar la práctica totalidad de los residuos de esta tipología generados, resultando en una garantía de recuperación en planta, fin último que se pretende”. En este sentido, los resultados alcanzados son superiores al modelo general de recogida selectiva en contenedor amarillo.
La consecuencia de alterar este modelo hacia la convergencia a otro estándar para todos los territorios restaría unas capacidades que “hasta el momento se han revelado como muy positivas”. Así, se dejarían de observar unas estrategias de gestión locales que respondían a las necesidades de los territorios en cuestión. “El resultado es que ese esfuerzo está contribuyendo a alcanzar los objetivos pretendidos a nivel estatal, de los que depende, incluso, la financiación de los Fondos Europeos a medio plazo”. Por ello, el documento del manifiesto “pretende elevar la voz hacia el papel que juega un sistema que se presenta como viable en el contexto actual y futuro, atendiendo a los principios formulados y los condicionantes que se definen en la normativa”.
En resumen, se quieren trasladar las siguientes cuestiones al objeto de que sean consideradas para garantizar la supervivencia de este modelo de gestión: el reconocimiento del modelo “húmedo-seco”, “residuo mínimo” y sus variantes; la valoración razonada de las distintas alegaciones presentadas por las entidades aquí representadas; la introducción de las modificaciones que proceda para dar cabida a este planteamiento de forma equivalente a la recogida separada de materiales; el reconocimiento de la necesidad de sufragar todos los costes implicados en la recogida de los residuos de envases a través del contenedor destinado a la fracción inorgánica; la asunción de la necesidad del cumplimiento de los requisitos contemplados en la Directiva 2018/851/CE; y la habilitación de la posibilidad de recuperar estos materiales a través de un SDDR.