No matar al salmón y cesar las repoblaciones, las únicas soluciones para salvar a la especie
La situación del salmón en el norte de España empeora cada año. Aún queda mucho trabajo por hacer para que continúen llegando a nuestros ríos, pero el más importante es no matar poco a poco reproductores que aún regresan y son sacrificados sin ningún motivo que lo justifique. Además, tal y como confirman cientos de estudios científicos, las repoblaciones únicamente contribuyen a deteriorar más la situación, incrementando los problemas de erosión genética de la especie, a lo que hay que sumar la extracción de reproductores del río para dedicarlos a desovarlos en cautividad. Por lo tanto, la única solución para la especie es prohibir matar salmones y cesar las repoblaciones lo antes posible, tal y como ya se hizo en Gales y en otros países donde la opinión de los científicos sí que se tiene en cuenta por la administración.
La situación de peligro en la que se encuentra el salmón no es casual. Un claro ejemplo es la celebración del Concurso Internacional de Pesca del Salmón el 8 y 9 de mayo de este año que, tras finalizar sus jornadas sin ninguna captura, dejó en evidencia a ausencia de esta especie y su peligro de extinción. Se trata de un hecho que los científicos llevan advirtiendo desde hace una década. Esta situación se repite año tras año y deja clara la ausencia del salmón sin que surjan iniciativas para detener este desastre medioambiental. De este modo, Martiño Nercellas Méndez, biólogo lalinense, advierte que “cada salmón que se captura hoy en los ríos gallegos es una gravísima agresión ecológica”. Además, considera que el aprovechamiento del salmón debería finalizar lo antes posible, otorgándole una protección normativa y, por lo tanto, incorporándola como especie en peligro de extinción en el Catálogo de Especies Amenazadas.
El fin de la temporada de pesca este pasado mes de julio dio lugar a resultados poco alentadores para los núcleos de pesca del salmón en España, especialmente en Asturias. El número total de salmones pescados en esta temporada se sitúa en 526 ejemplares, 230 menos que en 2020. Se trata de una cifra muy lejos de los récords en una sola temporada: 6.893 en 1969. En el río Narcea, al igual que en el resto de los ríos asturianos, las capturas siguen bajando. En 2021 hubo un descenso de capturas del 34,35% respecto a 2020 y un 22,48% respecto a 2019. Por lo tanto, según asociaciones ecologistas, el salmón está condenado a desaparecer en los ríos asturianos, donde se concentra el 90% de la pesca de salmones en España. Por lo tanto, el colectivo de Ecologistas de Asturias exigió nuevas medidas para la próxima temporada, como la pesca sin muerte y la suspensión de las repoblaciones, que reducen la variabilidad genética de las especies repobladas.
Cabe destacar que el año 2021 fue el peor para el río Cares (afluente del Deva) desde 1949; y el tercero peor para el Narcea y para el Sella. En el río Esva se pescó un salmón en esta temporada, igual que el año pasado. El último día de pesca con muerte en Asturias de esta última temporada finalizó sin ninguna captura. Aunque solo se podía pescar la mosca, es una prueba irrefutable del estado en el que se encuentran las poblaciones del salmón. A pesar de todas las excusas (la pandemia, los depredadores…), es más que evidente que no se pescan salmones puesto que cada vez hay menos porque, tal y como está demostrado, la especie está en peligro. Para conseguir salvarla, es importante que la administración reaccione y deje de mirar hacia otro lado a favor de los intereses de los pescadores, invirtiendo en la mejora de los ríos y legislando a favor de los peces.