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El periodo de riesgo severo de incendios empieza con polémica por las nuevas brigadas aerotransportadas

Un curso acelerado de poco más de cinco horas de formación y otras tantas de prevención de riesgos, impartidas por una empresa vinculada a la Xunta desde hace años en esta materia, es toda la formación que recibirán buena parte de los nuevos bomberos forestales a bordo (brigada aerotransporta) de los helicópteros del servicio de extinción de incendios de los distintos distritos forestales de Galicia. Trabajadores que a partir de esta semana operarán en las funciones de brigada de extinción helitransportada de incendios forestales en la comunidad gallega.

En la actualidad a la nueva concesión del servicio de helicópteros de extinción de incendios de Galicia (en la que no se registrarán ahorros significativos respecto a los de años anteriores, en los que helicóptero, mecánicos, pilotos y brigada y equipos de extinción a bordo corrían a cargo de la empresa concesionaria o de empresa pública que los integraba y gestionaba independientemente de los distritos),se separa  del “nuevo” modelo adoptado por la Xunta, que implica que la administración se hace cargo de proveer directamente al helicóptero del personal necesario para conformar la brigada helitransportada de estos; detrayendo personal experimentado del distrito forestal al que pertenezca el helicóptero (antes era la concesionaria o más recientemente personal de una de las empresas públicas las que conformaban esas brigadas). Se trata de 2 equipos de 7 personas por cada helicóptero en servicio (habitualmente uno por distrito) integrado por bomberos forestales ya en servicio en este, personal que voluntariamente haya pedido su incorporación al helicóptero. Esto supondrá, de forma simultánea, que ese personal deberá ser cubierto en la mayor parte de los casos con trabajadores de la lista de espera de cada distrito, alguno de ellos con nula o muy elemental experiencia y formación en materia de extinción de incendios (sustituciones), en la mayor parte de los casos no más allá de haber participado de algún contrato por horas o de campaña de verano en el pasado.

De este modo, las brigadas helitransportadas están desde esta misma semana integradas por personal directo de cada distrito, continuando helicóptero, piloto y mantenimiento como parte de los contratos entre medio rural y la empresa privada adjudicataria del mismo. La mayor parte de los nuevos bomberos forestales helitransportados «no han visto un helicóptero más que en fotografía o pasando por encima de sus cabezas en una extinción, carecen de formación específica, la “formación” ha sido cubierta en la mayoría de los vasos con una charla de escasas cinco horas y otras cinco horas de la consabida de prevención de riesgos laborales», según fuentes cercanas al servicio de Medio Rural, las cuales confirmaron que estas dotaciones serán de siete personas de las que dos están en reserva y cinco a bordo, y que acceden a esta plaza «en comisión de servicio, que obtienen como ventajas un salario mejorado, mayores libranzas y no hacer turnos nocturnos». Técnicos de extinción consultados por Galicia Ambiental han confirmado que desde hace unos días y “aceleradamente” se han impartido estas “formaciones-exprés” para que Medio Rural pueda activar el nuevo modelo aéreo de forma inmediata. El citado operativo humano pasa a ser gestionado por los jefes de distrito, en lugar de la empresa concesionaria, por lo que los problemas de sustitución, bajas, planificación pasa a ser una tarea añadida a las estructuras “comarcales” de medio rural.

Pilotos consultados por Galicia Ambiental reconocen el incremento de riesgos laborales que supone este cambio radical de modelo, al no haber tiempo para su integración en la tripulación. Hasta la fecha los cursos para personal de la Xunta, sobre operación aérea contra incendios son de 40 horas.


PLADIGA

El pasado mes de abril la Xunta de Galicia presentó el Plan de prevención y defensa contra los incendios forestales (Pladiga), que estará vigente hasta que se renueve y actualice el año que viene, en el que no se incidió de forma explícita en este y otros “cambios” sustanciales. En el documento presentado se dice que el principal objetivo de este plan es reducir al máximo posible las consecuencias ecológicas, económicas y sociales producidas por los incendios forestales. Esto se haría teniendo en cuenta los recursos disponibles que pueden ser o no suficientes para realizar estas tareas.

Para la realización de este plan, la Xunta plantea mantener los cuatro ámbitos de planificación que estaban el pasado año. Por un lado la prevención; por otro la detección, disuasión, investigación y medidas correctoras; por otro la extinción y formación; y la incorporación de unas pequeñas novedades.

Entre las novedades está la creación de una unidad de directores de extinción para facilitar y promover el correcto desarrollo del dispositivo. Esta unidad será capaz de ser movilizada por el Centro de Coordinación Central de Incendios en incendios forestales con alto potencial para convertirse en un gran incendio forestal. Será conformada por empleados de diversas categorías, como técnicos, agentes, bomberos forestales y emisoristas, quienes dependerán funcionalmente de la Dirección General de Defensa del Monte.

De esta manera, se formará un grupo de al menos dos miembros en el que al menos uno de ellos posea la habilidad de convertirse en director de extinción una vez que llegue al trabajo. La composición de la unidad será determinada por las características del incendio y su potencial, ya que no hay límite de personal o categoría a incorporar en función de las necesidades y disponibilidad. Además de los medios materiales necesarios, se proporcionarán los medios para el desarrollo adecuado del equipo.

Además, en las bases del Barco de Valdeorras, el Xurés (Muíños) y Queimadelos (Mondariz) se establecen tres brigadas públicas helitransportadas con medio ciento de efectivos para cubrir los turnos. Estas brigadas se unirán a las ya existentes en Marroxo (Monforte), Campiño (Pontevedra) y Vilamaior (Verín). Con la garantía de disponer de medios durante todo el año y con personal que integrará parte del equipo, las brigadas helitransportadas serán un apoyo fundamental para el desarrollo de la unidad. La mayor versatilidad que ofrece el uso del medio aéreo como herramienta para determinadas acciones.

Por otro lado, se prevé la incorporación de 15 motobombas y otros 12 batracios, que incluyen un tractor con cisterna, una trituradora multifunción y un polidozer, como mayor refuerzo de los medios materiales que también servirán de apoyo a esta unidad para facilitar el correcto desarrollo de su trabajo. A lo largo de este año, la Xunta espera la adquisición de tres motobombas adicionales y dos batracios, los cuales podrían desempeñar un papel importante en la lucha contra la extinción, además de los trabajos preventivos que están capacitados para llevar a cabo.

La vigilancia fija es otra novedad de Pladiga 2023. El número de cámaras disponibles en esta red aumenta en cinco y se agregan dos nuevas ubicaciones, lo que da como resultado un total de 153 unidades en 76 ubicaciones. Estas cámaras con tecnología de última generación están especialmente diseñadas para vigilar los bosques y están equipadas con zoom remoto, movimiento horizontal y vertical, rotación automática y bajo demanda en 360o, visión panorámica y altas capacidades de grabación.

La Xunta introduce mejoras y nuevas aplicaciones en el ámbito tecnológico para, según dicen, facilitar el trabajo del dispositivo de lucha contra incendios. Por lo tanto, se comprarán nuevos terminales con altas prestaciones y capacidades de procesamiento para distribuir la versión más reciente de XeoCode Lite a todos los técnicos forestales, agentes ambientales y empleados del Servicio de Prevención y Extinción de Incendios. XeoCode Lite es una herramienta para obtener información e incorporar datos relacionados con el punto de inicio y avance del fuego, las fotografías georreferenciadas, el perímetro y otros datos relevantes.

Entre las novedades también lanzará una nueva aplicación web para facilitar la gestión, supervisión y control de los lotes de maquinaria pesada y otra maquinaria pesada contratada. Las plantillas de los portófonos y celulares Tetra también se han actualizado para mejorar la coordinación durante los incendios al incorporar canales de intercomunicación con otros dispositivos que usan este sistema, como el 061, la policía, el 112 y los bomberos urbanos, en las emisoras de los técnicos forestales y los agentes ambientales.

En lo que respecta al número esperado de parroquias con posibilidad de alta actividad incendiaria, estas aumentan de 35 que había el año pasado a 40. Por lo tanto, de las parroquias en total, 26 mantienen el respeto a la campaña anterior, 14 se incluyen en el registro y 10 se excluyen.

Las parroquias que entran en el listado son Ribasieira (Porto do Son), Quins (Melón), Padrenda (Padrenda), Casaio (Carballeda de Valdeorras), A Xironda (Cualedro), Chaguazoso (A Mezquita), Oímbra e A Granxa (Oímbra), Grixoa (Viana do Bolo), Vilamaior da Boullosa (Baltar), Prado de Limia (Muíños), Mourentán (Arbo), San Salvador de Budiño (O Porriño) e Saiar (Caldas de Reis). Por el contrario, las parroquias que se caen de la lista son Pindo (Carnota), Ourense (Ourense), Paradela (Manzaneda), San Millao (Cualedro), A Esculqueira (A Mezquita), A Fraga (Lobeira), San Paio de Araúxo e Río Caldo (Lobios), Guillamil (Rairiz de Veiga) e Rebordechau (Vilar de Barrio).

En cuanto a la movilización de personas y materiales, los valores siguen siendo similares a los de las campañas anteriores. Por lo tanto, habrá más de 7.000 trabajadores en el operativo, incluyendo tanto empleados de la Xunta como empleados de otras administraciones. Es importante tener en cuenta que, a partir de este año, los empleados con una licencia de nueve meses pasan a tener una licencia de doce meses. Y, en cuanto al inventario de equipos, se emplean alrededor de 380 vehículos motobomba y se movilizarán alrededor de 30 medios aéreos, los cuales se acercan tanto por la Xunta como por el Estado, una cantidad similar a la de las temporadas anteriores de alto riesgo.

En lo que respecta a los planes de formación y de prevención, El Plan de formación, aprobado en 2021, sigue vigente para el período 2021-2024. Su objetivo principal es planificar la capacitación que se impartirá al personal que forma el dispositivo de prevención y defensa contra incendios forestales de la Xunta, para que se adapte a las necesidades operativas del Servicio y se relacione con las distintas categorías profesionales que lo conforman.

Para la financiación de este plan, que se financió con 400.000 euros en 2022, se contará con un presupuesto de 700.000 euros en 2023. Consta de cuatro programas, dos de los cuales están destinados al Servicio, otro para el personal de los ayuntamientos que está involucrado en la extinción y el cuarto para la comunidad rural.

Según informa la Xunta, se van a desarrollar diversas iniciativas relacionadas con la seguridad laboral, con los grandes incendios y fuegos de interfaz que son cada vez más comunes, o con el manejo de equipamientos de trabajo como los equipos de comunicación Tetra o los nuevos vehículos de extinción. Estas iniciativas se enfocan en la actualización de conocimientos y el entrenamiento del servicio para mejorar la organización y la eficiencia en el trabajo. El cumplimiento de este programa altamente práctico será obligatorio para los empleados y estará organizado en tres niveles: autonómico, provincial y de distrito.

En el área destinada a los empleados de la Administración local involucrados en el operativo de extinción, se da la oportunidad de que puedan desempeñar sus labores con la cualificación profesional adecuada y puedan coordinarse con los medios disponibles a nivel autonómico. La intención es continuar con las capacitaciones que ya se impartieron en 2021 y 2022, que se impartieron 75 jornadas de siete horas cada año y se centraron principalmente en la seguridad y salud en el trabajo y la prevención de riesgos.

Finalmente, la línea, que comenzó en 2022, tiene como objetivo continuar formando y concienciando a la población rural para que aprendan a autoprotegerse involucrándose en la prevención, colaborando con los efectivos contraincendios y ayudando a identificar las causas y los causantes de los incendios. Para este año 2023, se planean impartir al menos 40 charlas dirigidas a la población de las parroquias con alta actividad incendiaria.

De acuerdo con el Plan preventivo, la Xunta ha destinado casi 38,8 millones de euros este año, lo que representa un aumento de más del 17 % en comparación con el año anterior. Se espera intervenir en al menos 60.000 hectáreas de tierra y en aproximadamente 5.600 kilómetros de pistas forestales y otras carreteras, así como en casi 4.840 puntos de agua, mediante la creación de nuevos puntos y el mantenimiento de los existentes. Entre abril de 2023 y marzo de 2024, se planea quemar más de 2.100 hectáreas, tres veces más que en el mismo período anterior.

En el marco del convenio de protección de las aldeas (suscrito entre la Xunta, la Fegamp y Seaga), se están planificando 2.790 hectáreas de ejecuciones subsidiarias, a lo que se han adherido 279 ayuntamientos. Esta cantidad se espera que aumente con las acciones en los ayuntamientos piloto. Un visor público que funciona bajo el marco del convenio permite a los ciudadanos consultar y limpiar las parcelas dentro de las fajas (específicamente en los ayuntamientos con plan de prevención aprobado por el ayuntamiento). Además, se incluye la evaluación para verificar el nivel de manejo de los terrenos de las franjas secundarias en los acuerdos de brigadas que el Gobierno gallego tiene con los consistorios. Anteriormente, estos acuerdos se enfocaban en tareas de desbroce y extinción.

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